Escribir un debate, las llaves para el éxito

escribir un debate

‘No levantes la voz, mejora tu argumento’-Desmond Tutu

El éxito en el debate, y en la oratoria en general, se reduce a dos aspectos principales: el discurso en sí y la forma de pronunciarlo. ¿Qué es más importante? A veces, recordamos a un orador por su carisma, pero si no lo recordamos realmente por lo que ha dicho, ha fracasado. Cuando se trata de escribir un discurso o un debate, el contenido lo es todo. Si sólo tienes unos minutos para mantener la atención de tu audiencia, es esencial que te asegures de que tu debate escrito esté en su punto, memorable, y bien estructurado.

EMPEZAR FUERTE

Todos los discursos efectivos empiezan con una línea fuerte y memorable, por lo que merece la pena dedicar tiempo a esta primera línea. Es quizás la más importante. Hay muchos ejemplos famosos. Steve Jobs comenzó un discurso en 2005 así: “Hoy quiero contarles a todos, tres historias de mi vida. Eso es todo. No es gran cosa.” Esto da una estructura inicial al discurso y atrae enseguida la atención del público.

Martin Luther King por supuesto, comenzó el que quizá sea el discurso más famoso del siglo XX con las palabras “Tengo un sueño.”

Mientras que estos ejemplos no serían necesariamente apropiados para un debate, podemos ver su efecto claramente, y trasladar esta técnica a cualquier tema. Si estás debatiendo sobre un tema cargado por la emoción, por ejemplo, como la mayoría de temas de debate, es una buena idea empezar con algo similarmente emocional. Tampoco te dejes llevar por la idea de que los hechos están completamente separados de las emociones. Añadir una estadística poderosa a la línea de apertura del debate, puede funcionar igual de bien. Incluso si el tema no es evidentemente emocional, se puede utilizar una estadística sorprendente o preocupante para inyectar un poco de sentimiento en tu frase inicial. El objetivo principal de la apertura es hacer que el público y el jurado se sientan un poco más firmes en sus sillas.

LA ESTRUCTURA

Para que un discurso siga siendo interesante, debe tener una estructura clara. El público espera dos cosas de un orador: un camino y un destino. Después de una línea de apertura memorable, la introducción debe esbozar el punto principal, y luego llevar a tu audiencia hasta allí.

EL CUERPO DEL DISCURSO

Cuando escribas el cuerpo principal de tu discurso, los argumentos, es muy importante asegurar que la estructura queda obvia en todo. Nunca es mala idea empezar cada argumento señalando: “En primer/segundo/tercer lugar, voy a argumentar x”, antes de desarrollar el punto. También es importante relacionar cada argumento con el tema del debate, para que quede claro que no se está despotricando, sino que se está exponiendo un punto relevante para la tesis.

  • En general, la mayoría de los expertos coinciden en que tres argumentos distintos es la cantidad perfecta para crear un debate bien estructurado. Tres argumentos asegurarán que tu punto general tenga suficiente amplitud, pero no tanta como para que tu discurso se vuelva confuso.
  • En cuanto al orden de los argumentos, lo más inteligente es empezar con un argumento fuerte y terminar con uno también. Si el debate contiene un argumento algo más débil, es mejor intercalarlo entre los dos mejores.
  • Asegúrate de que todos los argumentos se apoyan en pruebas convincentes.

CONCLUIR- Terminar con un broche de oro

Una buena conclusión es una de las partes más importantes de un discurso, pero cuando se trata de debatir, también una de las más sencillas. Todo lo que uno tiene que hacer es reformular y resumir los argumentos que ya se han expuesto, reuniéndolos de forma sucinta y ordenada. Después, si hay tiempo, también puede ser eficaz incluir otra estadística o volver a la llamada emocional de la introducción. El orador debe decidir con qué nota quiere terminar, pero es una gran oportunidad para dejar a la audiencia con algo poderoso sobre lo que reflexionar.

  • Por último, agradece siempre a tu público y a tu oponente por escuchar y por su tiempo.

OTROS CONSEJOS

  • Estrategias de persuasión

Todos aprendemos sobre las estrategias de persuasión escritas; las formas en que los periodistas y los autores tratan de influir en su audiencia hacia una determinada posición utilizando el humor, las metáforas y las apelaciones a la lógica. Los discursos orales no son diferentes. Si puedes incluir algo de chispa en tu debate, ya sea haciendo reír a tu audiencia o utilizando una metáfora interesante, te ayudará en tu caso.

  • Utilice las transiciones:

A veces, puede ser una buena idea romper el discurso utilizando frases de transición para señalar la intención. Por ejemplo, una pregunta retórica como “¿Qué significa esto?”, seguida de una pausa. El silencio llama la atención, y esta táctica crea expectación. Del mismo modo, una frase como “Si recuerdas algo, que sea esto” también capta el interés de la audiencia. Les avisa de que algo importante está a punto de ser compartido. Lo que es más, al utilizar transiciones puedes asegurar que tu discurso no resulte aburrido y se convierta en un zumbido. Si puedes encontrar una forma de mezclar el tono de tu discurso, hazlo.

  • Repítete

Al escribir un discurso, la repetición es la clave para dejar una impresión. Repite las palabras, frases y temas clave. Busca siempre lugares en los que puedas enlazar y reforzar los puntos anteriores. Y repite los puntos críticos como si fueran un estribillo musical.

Lucharemos en las playas, lucharemos en las zonas de desembarco, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos”-Winston Churchill

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